martes, 19 de marzo de 2013

El Pechiazul

Al igual que el año pasado por estas fechas dando un paseo por las salinas de Calpe volví a tropezarme con un viejo amigo: un precioso macho de pechiazul, posiblemente en paso migratorio hacia alguna región más al norte donde se reencontrará con alguna novieta con la que pasar la primavera.









Pechiazul (Lucinia Svecica)
Aprovecho y os dejo algunas fotos que he ido haciendo estas últimas semanas y que por falta de tiempo no he podido ir poniendo en el blog, aunque algunas de ellas sí que las he ido subiendo en facebook por lo que puede que alguno de vosotros ya las haya visto.

 Halcón Peregrino en el PN de Sierra Helada

 Busardo ratonero (Buteo buteo) en el PN de la Albufera

y algunos visitantes del hide que tengo en casa y que tan buenos ratos me hace pasar

 Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) hembra

 Curruca capirotada ( Sylvia atricapilla) hembra

 Mosquitero

Lúgano (carduelis spinus) hembra

domingo, 20 de enero de 2013

En el reino de las Águilas

Hace un par de semanas me desplacé junto a mi amigo Joan Sala a Alhama de Murcia  para poder disfrutar de una de las experiencias que más placer le puede producir a un amante de las aves: observar y fotografiar a una pareja de águilas reales en su ambiente, en las cumbres de Sierra Espuña. Las observaríamos escondidos en un hide fijo con cristal espía colocado a escasos metros de una pared rocosa donde la pareja suele acudir a alimentarse de restos de arrui que regularmente le son aportados durante la temporada de caza.
A las 6:30h ya estábamos dentro del hide. Como la oscuridad era total esperamos a las primeras luces para montar el equipo. A las 8h pensamos que había suficiente luz para preparar las cámaras y con estas aún dentro de la mochila llegó la primera de las águilas. Nos pilló por sorpresa, estaba a unos 15 metros de nosotros y apenas podíamos verla por la oscuridad. Empezó a comer y nosotros empezamos a disparar fotos probando diferentes velocidades. La visita duró 30 minutos, cinco más tarde entró el macho. Aunque ahora ya había más luz el sol aún no alcanzaba la roca sobre la que estaba posada, sin embargo la ladera que estaba al fondo del posadero si estaba bañada por los rayos del Sol, lo cual producía un contraluz horroroso. El macho estuvo en el posadero alrededor de 45 minutos y tan solo 4 minutos después de marcharse el Sol alcanzó la roca. Para desgracia nuestra ninguna de las águilas volvió a aparecer por la zona durante el resto del día. Unas diez horas que ciertamente se me hicieron interminables. Las condiciones de luz no fueron buenas pero el hecho de tener a esas preciosidades tan cerca de nosotros compensó todos los sufrimientos.










 Aguila Real (aquila chrysaetos)